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BOHEMIOS
 
Zarzuela en un acto y tres cuadros
 
Libreto de Guillermo Perrín y Miguel de Palacios.
 
Música de Amadeo Vives
 
Estrenada el 24 de Marzo de 1904 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.
 
 
ARGUMENTO
 
Roberto Randel es un joven compositor, uno de los tantos artistas que en la época inmortalizada por el famoso romance de Mürger –el París de poco antes de mediados del siglo XIX –poblaban literalmente las callejas del Barrio Latino. Está trabajando, con más ilusión que esperanza, en una ópera, “Luzbel”, cuyo libro es de otro joven Bohemio amigo suyo, Víctor Ducal, cuyo cotidiano sustento se halla casi tan racionado como el del músico.
 
Roberto vive y trabaja en un sotabanco en cuya vecindad reside también una bella muchacha, Cossette. Es la hija de un ex cantante de ópera que habiendo perdido la voz, finca ahora su ambición en lograr para Cossette –dotada asimismo de admirables medios vocales – el lugar de prominencia que él no pudo conservar antaño en el mundo de la lírica.
 
No es indispensable subrayar que también Cossette y Marcelo –su padre –viven en la mayor estrechez, a la espera del contrato que habrá de poner fin a sus consabidas cuitas.
 
Aunque acaso falte agregar para mejor comprensión de cuanto va a oírse en el curso de la primera secuencia musical de esta deliciosa obra, que la joven –a quien Roberto jamás vio todavía –admira en secreto al joven compositor, y con la complaciente complicidad de Pelagia, la portera, visita furtivamente –y con bastante frecuencia –el destartalado estudio de aquél, hurga en sus papeles de música y aprende sus canciones...para tormento del compositor, a quien aquella voz, aunque dulce y armoniosamente emitida, impide concentrar la atención de su trabajo del momento.
 
(Música Nº 1. )
 
La situación económica de ambos colaboradores –poeta y músico de la ópera “Luzbel” -es en este punto desesperada. Y el problema más apremiante, la cena de esa noche. luego de descartar una vieja pistola, piensan por un momento –inspiración de Víctor –en pignorar un gastado “carric”, vetusta propiedad de Roberto, a quien la propia experiencia induce a dejar también de lado como inútil empeño, en el más cabal sentido de la palabra.
 
(Música Nº.2)
 
Apenas han terminado de poner en orden y calentar un poco el ambiente, alimentando la estufa con leña traída de la habitación de Cossette, hace su aparición un singular personaje, Papá Girard, presunto protector de artistas cuya omnipotencia estará muy lejos de quedar probada a medida que el desenvolvimiento de la acción ponga en evidencia que es un perfecto desconocido para todos los personajes que pretende manejar a su antojo. A requerimiento de Cossette, trae empero una invitación destinada a Roberto, a fin de que éste pueda asistir a la velada en la Opera Cómica. Se la dejan en lugar muy visible, destacándose sobre los papeles pautados que reposan sobre la tapa del clave.
 
Dos “grisetas”, Juana y Cecilia, vienen luego en busca de Roberto, para invitarle a cenar con ellas en casa de Mimí. El joven, que entre tanto ha descubierto la invitación, irá pues con ellas, pensando recurrir luego a Rodolfo, otro amigo suyo, de quien está seguro de obtener en préstamo ropa adecuada para asistir a la soirée musical en la Opera Cómica.
 
Víctor ha tenido menos suerte, y en tanto que la bulliciosa pandilla de jóvenes bohemios de uno y otro sexo se aprestan a entrar en una sala de fiestas de las proximidades –“El Laurel”–y Cossette se dirige a “La Bola de Oro”, conforme convino antes con su padre, a aquél no le cabe sino lamentar su triste sino en noche tan destemplada y sin perspectivas de cena.
 
(Música Nº 3)
 
En pos de la alegría El fracaso de Víctor es total... ¡Ni siquiera ha podido inducir a esas dos lindas “grisetas”, todavía “vacantes”, a acompañarle al baile! Ignora, por cierto, que ambas se entienden muy bien, en cambio, con su amigo Roberto, a quien acaban de dejar con Mimí. Ellas le reconocen enseguida al presentarse el poeta con su nombre y apellido, y sólo entonces se disponen a tomar en serio el ofrecimiento.
 
Pero mientras Víctor va en busca de los tres billetes, que descuenta obtener gracias a su amistad con el empresario del salón, ellas aceptan mientras tanto la invitación de Papá Girard para tomar un ponche en su compañía, en el interior de “La Bola de Oro”, dejando luego plantado al pobre poeta. No es pequeña la decepción de éste. Hasta que impulsado por el hambre y recordando lo que acaba de saber de labios de las “grisetas”, emprende la marcha rumbo al alojamiento de Mimí, donde descuenta que habrán quedado por lo menos las sobras del reciente festín.
 
Roberto reaparece en la plazoleta, elegantemente vestido con un traje de elegante corte y vistosa capa... préstamos ambos tomados al guardarropa del ausente Rodolfo. A su vez, Cossette, a quien una bondadosa y oportuna protectora procuró asimismo adecuado atuendo, le descubre desde lejos y se detiene en el portal, procurando no ser vista. Desde allí presencia en cambio como Juana y Cecilia, al salir del restaurante, y creyendo encontrar todavía aguardándolas al infortunado poeta, tropiezan impensadamente con un elegantísimo Roberto. Este, galante por temperamento, se muestra por demás apasionado con las jóvenes, hasta que –no pudiendo ya soportarlo –Cossette interrumpe la conversación llamando por su nombre al compositor.
 
(Música Nº 4)
 
Al finalizar el dialogo, aunque subsiste el misterio acerca de la verdadera personalidad de Cossette, ésta se marcha con la enigmática promesa de volverle a ver esa misma noche.
 
Al pobre Víctor, entre tanto, le sigue persiguiendo la mala fortuna. Nada de sobras, para él, en casa de Mimí. En su desesperación, y con el auxilio de la pistola descargada que lleva consigo desde la escena inicial como “bien mueble y empeñable”, decide fingir un suicidio tan pronto como aparezca el primer viandante “con posibles” quien, al intervenir, y enterarse de su desesperación, proveerá siquiera para la comida de noche tan aciaga.
 
Pero varias tentativas resultan igualmente infructuosas. Como prueba de que la humanidad no quiere preocuparse por el dolor ajeno, lo que hacen los transeúntes puestos a prueba es alejarse con al paso más rápido posible del lugar en que se va a consumar el inminente suicidio. Hasta que el bondadoso Girard aparece a la puerta de “La Bola de Oro” y alarmado por la actitud del joven, le sujeta con enérgico ademán, impidiendo lo que toma por una –de consumarse –irreparable acción. Y al saber de sus labios que Víctor es un poeta dramático incomprendido, se brinda a llevarle con él esa misma noche a la Opera Cómica, donde no duda que se le presentará la oportunidad que hasta ahora estuvo buscando en vano. ¡Habrá allí tantas «eminencias» del teatro y de la música! Y todos, absolutamente todos, íntimos amigos suyos...
 
(Música Nº 5)
 
A la velada en el Salón de Artistas de la Opera Cómica acuden, pues, Víctor y Girard, conforme lo hacen también Roberto, Cossette y Marcelo. Allí están, asimismo, además del mencionado Rossand, eminencias del calibre de Auber –entre los músicos –y de Scribe – entre los poetas dramáticos.
 
Luego de una sucesión de cómicas peripecias a lo largo de las cuales Papá Girard se empeña –con la mejor intención del mundo, eso sí –en separar a Víctor de Roberto y a Roberto de Víctor, basándose en la premisa de que el respectivo colaborador, cuya identidad ignora, es apenas un músico novato y un poeta sin experiencia, Cossette es invitada por fin a ofrecer su espera audición. al disponerse a ello, y con el imaginable asombro por parte del joven que, aturdido, cree estar soñando, invita a Roberto a acompañarla en el dúo de su ópera “Luzbel”, que es –aunque el no se explique cómo –la página escogida por ella para dar la medida de su arte a tan selecto auditorio.
 
(Música Nº. 6)
 
El triunfo se produce al fin por partida doble. Triple, si contamos que también tendrá parte en él, además de la flamante tiple de la Opera Cómica, Cossette Lissan, y el nuevo compositor Roberto Randel, un nuevo y gallardo poeta: Víctor Ducal. Cossette lo subraya tomándole de la mano e invitándole a compartir con ellos el general aplauso.
 
Mientras, Papá Girard, seguro como siempre de la irresistible influencia de sus omnipotentes relaciones, se ofrece para completar la obra de colectiva consagración apenas iniciada. Es más: si se empeña, hasta descuenta que habrá que casar a Roberto con su hasta aquí desconocida protectora. Lo que hace exclamar al escéptico Víctor: “Nada, nada...¡Hasta cura!”.
 
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Personajes:
 
 
Cossette...................................................   Soprano
 
Roberto.......................................................  Tenor
 
Víctor..........................................................  Baritono
 
Juana..........................................................   Soprano
 
Cecilia.......................................................   Mezzosoprano
 
Pelagia........................................................  Soprano
 
Girard.........................................................  Tenor cómico
 
Marcelo......................................................  Tenor cómico
 
Un Bohemio................................................  Barítono
 
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Números Músicales:
 
Nº. 1.- Escena y canción de Cossette   Roberto, Victor, Cossette
 
Nº. 2.- Racconto de Cossette                Cossette, Pelagia
 
Nº. 3.- Escena y Coro de Bohemios     Victor, Cossette, Bohemios, Juana, Cecilia
 
Nº. 4.- Cuarteto y Dúo                           Roberto, Cossette, Juana, Cecilia
 
Nº. 5.- Intermedio
 
Nº. 6.- Concertante Final                       Roberto, Cossette, Victor, Girard, Marcelo
 
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Números Músicales:
1 .- Escena y canción de Cossette
2.- Racconto de Cossette
3.- –Escena y Coro de Bohemios
4.- Cuarteto y Dúo
6.- Concertante Final
___________________________

1.- Escena y Canción de Cossette
(Roberto, Victor, Cossette)
 
ROBERTO
(Tocando y cantando.)
Mudos testigos
de mis amores
son estas flores
de tu jardín.
(Cesa de tocar.)
¡Esto es!... ¡Por fin!
Mejor la frase
resulta así.
Tiene la idea
más expresión.
Y ahora la tiple
dice al tenor...
(Tocando y cantando.)
Amor es gloria,
amor es vida,
el cielo envidie
nuestra pasión.
Todo en la tierra
respira amores,
cantemos juntos
himnos de amor.
(Cesa de tocar.)
¡Amor! ¡Amor!
Bien va...
ya está...
Y esto se enlaza
con el final.
(Tocando y cantando otra vez)
Y el bosque amores canta
y amores canta el río,
y tierra y cielo entonan
la estrofa del amor.
(Se queda pensativo sobre el clave.)
 
VÍCTOR
(Subiendo por la escalera del descansillo.)
Maldita escalera.
¡Caramba! ¡Qué horror!
¿Estará Roberto?
(Llamando.)
 
ROBERTO
Más dulce de amor.
(Tocando y cantando.)
¡Amor! ¡Amor!
Y el bosque amores canta...
 
VÍCTOR
(Escuchando desde la puerta.)
Lo encuentro trabajando...
 
ROBERTO
Y amores canta el río...
VÍCTOR
No hay duda, es en lo mío.
 
ROBERTO Y VICTOR
Y tierra y cielo entonan
la estrofa del amor.
(Víctor, golpeando fuertemente con el aldabón.)
ROBERTO
 ¿Qué es eso? ¿Quién llama?
(Levantándose.)
 
VÍCTOR
Roberto, soy yo.
ROBERTO
Es Víctor...Espera...
(Abre la puerta y entra y la cierra.)
 
VÍCTOR
¡Salud, gran Berlioz!
 
ROBERTO
Trabajaba en nuestra obra.
 
VÍCTOR
Desde fuera te escuché.
 
ROBERTO
Corrigiendo estaba el dúo.
 
VÍCTOR
Pues prosigue...
 
ROBERTO
Vas a ver.
(Se sienta frente al clave, y cuando va a tocar
se oye la voz de Cossette..)
 
COSSETTE
La mariposa
de rosa en rosa,
de lirio en lirio
volando ya.
 
VÍCTOR
¡Que voz tan linda!
 
COSSETTE
(Siempre desde su aposento.)
Traralará... Traralará.
La mariposa
de rosa en rosa
volando va.
 
ROBERTO
¡Ay, qué vecina,
siempre lo mismo,
todos los días
cantando está!
No toco ya.
 
VÍCTOR
Pero, ¿por qué?
 
ROBERTO
Porque me aburre
con sus canciones
esa mujer.
 
VÍCTOR
No esas tonto,
deja que cante,
venga ese dúo,
vamos a ver.
 
ROBERTO
(Se sienta, toca y canta, superponiendo
su voz a la de la vecina.)
Dulce esperanza
de mis amores,
son estas flores
de tu jardín.
 
COSSETTE
La mariposa
de mis amores
liba en las flores
de tu jardín.
Taralará... Taralarí.
 
ROBERTO
(Dando un puñetazo en el clave.)
No paso de aquí.
_____________________________
 
2.- Racconto de Cossette
(Cossette, Pelagia)
 
COSSETTE
La niña de ojos azules,
de ojos azules y bellos,
la de los rubios cabellos
qué bella está.
(Saliendo y cerrando la puerta .)
cuando recoge su falda
soñando con sus amores
las flores de mil colores
que el campo da.
(Al avanzar hacia la escalera ve la puerta
del cuarto de Roberto abierta.)
Su puerta abierta...
Salió tal vez...
(Asomándose.)
¡Pelagia!
 
PELAGIA
(Viéndola.)
¡Adentro!
que no está él.
¿Por qué, señorita,
por qué ese temor?
 
COSSETTE
No quiero que sepa
que aquí vengo yo.
Porque aunque Cossette
venga siempre aquí,
viene nada más
porque ella es así.
Una chiquilla
buena y sencilla
que se desvive
por hacer bien.
Pero no quiere
que piense nadie
que aquí otra cosa
busca Cossette.
 
PELAGIA
El pícaro mundo
es murmurador,
mas siempre perdona
mediando el amor.
 
COSSETTE
¡Amor!... ¡Amor!...
Si es amor el sentir
por un hombre latir
con fuerza el corazón;
si es amor suspirar,
y sufrir y abrigar
una dulce ilusión,
entonces sí,
yo siento amor,
mas no me digas,
por favor,
por que Cossette
no puede amar
sino la gloria
nada más.
Brillar en la escena
mi amor sólo es,
y después de alcanzar mi noble anhelo,
¡pensar!..., ¡pensar en él!
_____________________________
 
3.- Escena y Coro de Bohemios
(Victor, Cossette, Bohemios, Juana, Cecilia)
 
VÍCTOR
(Saliendo del restaurante “La Bola de Oro”.)
La noche misteriosa
envuelta en nieve está...
¡París está tranquilo...
y  Víctor sin cenar.
Al pícaro fondista
no pude convencer;
nevando y en ayunas
no sé qué voy a hacer.
 
MUJERES
¡Qué modo de nevar!
 
HOMBRES
¡La noche está cruel!
 
TODOS
¡Al baile del “Laurel”
vamos a entrar.
 
MUJERES
El baile da calor.
 
HOMBRES
En él lo quiero hallar.
 
TODOS
 ¡En brazos del amor
corramos a bailar!
(Vanse.)
 
COSSETTE
(Aproximándose a la puerta de “La Bola de Oro”
con su paraguas abierto.)
Aquélla es la casa...
Antes de subir
voy a ver si ya mi padre
esperándome está aquí.
(Mirando por la puerta del restaurante.)
 
VÍCTOR
¡Demonio!... ¡Una joven!...
¿Qué cara tendrá?
El tipo me gusta.
 
COSSETTE
Pues no, no está.
(Se dirige hacia la casa.)
 
VÍCTOR
¡Es bonita!... ¡Muy bonita!
(Acercándose)
¡Señorita! ¡Señorita!...
dos palabras, por favor...
No contesta... Yo la sigo...
Ni siquiera me miró.
(Cossette entra en el portalón.)
Está visto que esta noche
no consigo nada yo.
 
BOHEMIOS
Corramos los bohemios
de ardiente corazón,
corramos a la fiesta
sagrada del amor.
 
VÍCTOR
Se acercan mis amigos,
no quiero que me vean,
porque esta noche Víctor
no está de humor de fiesta.
(Se oculta.)
 
BOHEMIOS
Corramos los bohemios
de ardiente corazón,
corramos a la fiesta
sagrada del amor.
En la luz del sol que enciende
los colores en la flor,
tembloroso y palpitante
está el beso del amor.
Libre el pájaro en la selva,
libertad cantando va,
y al correr al mar el río
va cantando libertad.
Así en lo profundo
del alma bohemia,
se enciende entre besos
la loca pasión,
y siempre dichoso
la vida cruzamos
y libres cantamos
las glorias de amor.
En pos de la alegría
corramos sin cesar,
llevando en nuestras almas
amor y libertad.
(Vanse.)
 
VÍCTOR
(Saliendo)
Dos grisetas muy guapas,
voy a ver si pesco aquí.
¿Dónde va por esas calles
lo mas lindo de París?
 
 
JUANA
A cuerpo y sin paraguas
nos brinda con su amor.
 
CECILIA
¡Ja, ja, ja, ja!
¡Que bueno está!
 
JUANA Y CECILIA
¡Qué buen humor que gasta!
¡Jesús, qué buen humor!
 
 
VÍCTOR
Dé posada al peregrino
vuestro tierno corazón.
 
BOHEMIOS
Amor y libertad
De amor y libertad
 
JUANA Y CECILIA
No hay posada,
está cerrada,
ya no queda habitación.
ya no queda habitación.
 
VÍCTOR
Dé posada al peregrino
vuestro tierno corazón.
_____________________________
 
4.- Cuarteto y Dúo
(Roberto, Cossette, Juana, Cecilia)
 
ROBERTO
 ¡Qué alegre es el cielo!
¡Qué hermoso es el mundo!
¡Qué bella es la vida
después de cenar!
¡Que arcanos encierran,
qué dulces misterios,
el pavo con trufas
y el rico Champagne!
Yo no lo sé,
pero para mí,
correr siento una dulce alegría
que nunca sentí.
 
COSSETTE
(Por el portalón y con traje elegante.)
Otra parezco
con este traje.
¿Ay... el dinero...
¡Ay!... cuánto vale.
 
ROBERTO
¡La vida es un encanto,
si siempre fuera así!
 
COSSETTE
(Viendo a Roberto al disponerse a avanzar.)
¿Qué miro? ¡Roberto!
¿A quién espera aquí?
(Retrocede y queda en el quicio del portalón.)
(Juana y Cecilia salen del restaurante.)
 
JUANA
De seguro que el poeta
se ha cansando de esperar.
 
CECILIA
¡No mujer, que allí le tienes!
 
JUANA
Si es Roberto.
 
ROBERTO
¿Dónde vais?
 
LAS DOS
¡Chico, chico, que elegancia!
Deja, deja que te mire,
y no extrañes que suspire
viendo a mozo tan galán.
Porque estás interesante,
porque no hay quien te resista,
y de fijo una conquista
esta noche lograrás.
 
ROBERTO
No os burléis de esa manera
del galán conquistador,
que esta noche, si conquisto,
no es una, sino a dos.
(Abrazando a las dos.)
 
COSSETTE
¡Las abraza! Y ellas ríen.
Y él las mira con amor...
(Avanzando.)
¡Ah!.... Yo corro...
(Retrocediendo.)
¡No, no puedo!
¡Si él no sabe mi pasión!
 
ROBERTO
En vuestros ojos
buscan los míos
el fuego ardiente
de una ilusión.
 
LAS DOS
Que es en la calle
donde nos hablas;
ten un poquito
de precaución.
 
ROBERTO
En vuestros labios
beber yo quiero
dulces placeres
que da el amor.
 
LAS DOS
Calla, Roberto,
que al aire libre
se apaga el fuego
de la pasión.
¡Jesús, qué fuego,
qué atrocidad!
 
ROBERTO
(Volviendo a abrazarlas.)
¡Os amo! ¡Os amo!
 
COSSETTE
¡No puedo más!
(Adelantándose.)
¡Roberto!
 
ROBERTO
¿Quién me llama?
 
COSSETTE
(Arrepentida de lo que ha hecho.)
¡Dios mío!
 
ROBERTO
¡Una mujer!
 
COSSETTE
(Para sí.)
¡Oh, Cossette! ¿Qué hiciste, loca?
 
ROBERTO
(Con dulzura y adelantándose a Cossette.)
Niña hermosa, ¿qué queréis?
No bajéis al suelo vuestros lindos ojos,
no vuestras mejillas encienda el rubor,
¿por qué temerosa queréis alejaros
después de llamarme?... Roberto soy yo.
 
CECILIA
(A Juana.)
Aquí sobramos
 
JUANA
Ya lo estoy viendo.
 
CECILIA
Será su amante.
 
JUANA
Pues claro está
Cuando le llama
no cabe duda.
 
LAS DOS
Adiós, Roberto.
(Haciendo una reverencia a Cossette, y con risa irónica.)
Con Dios quedad.
(Vanse riendo)
 
ROBERTO
¿Por qué vuestros labios permanecen mudos?
No acierto a explicarme vuestra timidez.
 
COSSETTE
¡Dejadme, os lo ruego, dejadme!
 
ROBERTO
¡Imposible!
Quién sois, bella niña, yo quiero saber.
Conocéis mi nombre,
yo jamás os vi...
Pero ahora os veo
tan bella y gentil...
no puedo, no, dejaros,
al menos sin saber
qué nombre puedo daros
si acaso os vuelvo a ver.
 
COSSETTE
¡Dejadme, no, no puedo!
¡Mi nombre!... ¿Para qué?
 
ROBERTO
(Acercándose más.)
Pues tendré que llamaros... ¡Amor mío!
si os encuentro otra vez.
 
COSSETTE
Tan pronto por tal nombre
no os he de responder...
Cuando volváis a verme
llamadme Cossette.
 
ROBERTO
¡Cossette!
 
COSSETTE
Cossette.
Dejadme, dejadme partir,
dejadme, Roberto, marchar;
esas frases ardientes de amor
no he de escuchar.
 
ROBERTO
Por siempre rendido quedé,
por siempre ya vuestro soy yo,
y esclavo dichoso seré
de vuestro amor.
 
COSSETTE
¡Oh!, callad, por favor;
nada os puedo decir.
 
ROBERTO
Yo vuestra ausencia
no puedo sufrir.
 
COSSETTE
(¡Oh, qué imprudente,
por qué le llame!)
 
ROBERTO
Nunca otro rostro
más bello miré.
 
COSSETTE
¡Qué dichosa seré
si consigo su amor.
 
ROBERTO
El amarla será
mi ventura mayor.
 
COSSETTE
¡Caballero!
 
ROBERTO
Os adoro.
 
COSSETTE
Sed prudente.
 
LOS DOS
¡Por piedad! ¡Por Dios!
_____________________________
 
6.- Concertante final
(Roberto, Cossette, Victor, Girard, Marcelo)
 
GIRARD
Ven, linda Cossette,
ya por fin llegó
la noche anhelada
que tu alma soñó.
 
HOMBRES
La artista es gentil,
oiremos su voz.
 
MUJERES
Su aspecto demuestra
modestia y candor.
 
VÍCTOR
¿Quién es? Habla pronto.
 
ROBERTO
Pues es mi vecina.
¿Verdad que es muy bella?
VÍCTOR
¡Qué bella, divina!
 
MARCELO
( A Cossette)
Por Dios, no te cortes,
ten serenidad,
que tu mismo padre
te va a acompañar.
GIRARD Artistas eminentes,
del Arte gloria y prez,
aquí una nueva artista
muy pronto juzgaréis.
Prestadla noblemente
benévola atención;
que yo os la recomiendo
y la protejo yo.
 
UN GRUPO
¿Quién es este?
 
OTRO
No lo sabemos.
 
OTRO
¿Quién conoce a este señor?
 
OTRO
En la vida le hemos visto.
 
UNOS
Yo, jamás.
 
OTROS
Ni yo.
 
OTROS
Ni yo.
 
ROBERTO
Todo el mundo se pregunta
que quién es este señor.
 
VÍCTOR
Ni su madre le conoce,
aunque fue quién le alumbró.
 
MARCELO
¿Estás dispuesta?
Vamos allá,
(Sentándose al clave.)
del repertorio
tú elegirás.
 
COSSETTE
Con vuestra venia...
(Adelantándose.)
¡Roberto!
 
ROBERTO
¿Qué?
 
COSSETTE
Si gustáis acompañarme
tal favor os deberé.
 
ROBERTO
Muy gustoso, señorita,
(Aparte.)
¡Oh! ¿Qué es esto?
 
MARCELO
(Levantándose y dirigiéndose a Roberto.)
Ven acá.
Porque yo de emocionado,
no podría ni tocar.
 
ROBERTO
(Sentándose.)
¿Qué acompaño?
 
COSSETTE
Pues el dúo
de vuestra ópera Luzbel.
 
ROBERTO
¿Qué decís?
 
COSSETTE
Acompañadme,
yo os lo ruego... ¡Obedeced!
 
DÚO
COSSETTE
Por fin llegaste,
dulce amor mío,
tu triste ausencia
qué larga fue.
Entre las flores
que me rodean,
sólo pensaba
volverte a ver.
 
ROBERTO
Mudos testigos
de mis amores,
son estas flores
de tu jardín.
Ellas miraron
mi despedida,
ellas hoy miran
que vuelvo a ti.
 
COSSETTE
Vuelves, y al volver, mi dueño,
por ti se alegran mis flores,
y juzgo el mundo pequeño
para encerrar tus amores.
Vuelves y al volver amante,
como el ave vuelve al nido,
encuentras mi amor constante
y firme cual siempre ha sido.
 
ROBERTO
(Levantándose y dirigiéndose a Cossette.)
Dulce esperanza,
mi bien querido.
 
COSSETTE
(Con dulzura.)
Amame siempre.
ROBERTO Jamás te olvido.
(Marcelo se sienta al clave.)
 
CORO
(Sotto voce.)
¡Qué hermoso dúo!
¡Cuánta expresión
dan a las frases
tiple y autor!
 
COSSETTE
Amor es gloria,
amor es vida,
el cielo envidie
nuestra pasión,
todo en la tierra
respira amores,
cantemos juntos
himnos de amor.
 
ROBERTO
¡Amor!
 
COSSETTE
 ¡Amor!
(Los dos.)
De amor, que amor es todo,
nacieron en el mundo
las almas y las flores,
de besos al calor.
Y el bosque amores canta,
y amores canta el río,
y tierra y cielo entonan
la estrofa del amor.
_______________________
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