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KATIUSKA
Zarzuela en dos actos
Libreto: E. González del Castillo y Manuel M. Alonso
Música: Pablo Sorozábal
Estrenada en el Teatro de la Victoria, el 27 de Enero de 1.931
La acción en Ucrania.

ARGUMENTO

Acto I
Interior de una posada en Ucrania. Es el momento de la expatriación de los ucranianos. En la posada, las mujeres rezan y algunos campesinos beben servidos por Boni, el joven posadero.
Su tía Tatiana y su novia Olga se lamentan de que el Soviet haya incendiado el palacio del joven príncipe Sergio, que suponen muerto, lo que confirma Koska, un aldeano al servicio del Soviet que anuncia, además, la próxima llegada del comisario del Soviet de Kiev para incautar las tierras. El odio de todos por Koska no hace sino aumentar cuando recuerdan la bondad y generosidad del príncipe. Aparece Pedro, que ante el asombro de todos dice ser el comisario que viene para prender al príncipe Sergio, milagrosamente salvado y huido. Los campesinos le desprecian porque ven en Pedro un enemigo, pero él les dice que cumple una misión y que en realidad la lucha de hermanos le entristece. Al marchar de la posada promete volver.
Las conversaciones de Olga, Boni, Tatiana y otros personajes son de pronto interrumpidas por la llegada del príncipe Sergio, a quien vitorean los campesinos. Viene con Katiuska, que viste el traje de aldeana que utilizó para salvarse. Está medio desfallecida. Todos quieren socorrer al príncipe, pero éste les advierte del peligro que corren si hacen tal cosa, pues han puesto precio a su cabeza. Pide, sin embargo que socorran a Katiuska, a quien encontró en la confusión de la huida. Ella les dice haber perdido toda su familia y sus bienes.
El príncipe marcha, pero antes entrega monedas de oro al posadero para que nada le falte a la joven. Unos tambores anuncian la llegada de soldados del ejército rojo. Vienen medio borrachos y luchan por acercarse a la atemorizada Katiuska. La aparición de Pedro y su viril defensa de la joven aleja a las turbas, con el agradecimiento de ella, que dice ignorar quién
es, si bien recuerda que su abuela le decía que ella “era diferente”.
El pueblo de campesinos sabe la llegada del comisario Pedro Stakoff y vienen dispuestos a lincharle, porque suponen que les cobrará los tributos, Katiuska protege a Pedro escondiéndole en su habitación.

Acto II
El segundo acto transcurre en la misma posada, Tatiana, Olga, Boni y los demás suponen que Pedro pudo escapar, aunque quizá herido por los disparos de los campesinos. Llega un vagabundo viejo, mal vestido y con un acordeón al hombro. Pide asilo y le dejan dormir al lado de la lumbre.
De su habitación sale Katiuska, que creyéndose sola entona una canción que el mendigo dice conocer. Pregunta a Katiuska donde la aprendió, y al describir ella algunos detalles del lugar y de las costumbres donde vivió antes de la revolución, el viejo le ayuda a recordar dándole datos concretos que demuestran el conocimiento exacto de la familia de Katiuska. Le
impone silencio absoluto de cuanto han hablado, y cuando se halla a solas con Tatiana le dice que mañana volverá a buscar a Katiuska. De su seguridad le responderá Tatiana con la vida. La asustada mujer no entiende nada, pero promete hacerlo.
Más tarde, aparecen los soldados mandados por Pedro Stakoff. Traen prisionero al príncipe Sergio. A preguntas de Katiuska, el comisario responde que cumple con su deber entregándolo al pueblo. Pedro supone que Katiuska le odia por haber prendido a su salvador, de quien la cree enamorada. Katiuska le revela que a quien quiere es a él. Entran Koska y 
soldados rojos que traen prisionero al conde Iván y a varios nobles rusos disfrazados. El conde Iván dice que él sólo es un músico vagabundo, pero el príncipe Sergio al saludarle le descubre, sin querer. Katiuska le reconoce entonces como el amigo más fiel del zar y el viejo le dice que ella es Katiuska Ivanow, hija de la soberana rusa. El asombro es general. Pedro
les tiende un salvoconducto para que todos puedan pasar la frontera, incluida Katiuska. La princesa, sin embargo, no quiere abandonar a Pedro.
Este es acusado de traición por Koska, pero el alto comisario del pueblo rompe el salvo-conducto que condenaba a Pedro. Deja partir a los prisioneros, menos al príncipe -que será juzgado- y a Katiuska le da la opción de abandonar Rusia o vivir en ella como una mujer del pueblo. La decisión es quedarse con Pedro.
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Números musicales:

  1º.- Todo es camino lleno de tristeza.    Campesinos
  2º.- ¡Calor de nido! ¡Paz del hogar!        Pedro
  3ª.- El cosaco, en su brioso corcel.         Bruno, Olga y Boni
  4º.- ¡Es el Príncipe!¡Es el Príncipe!.        Bruno, Sergio
  5º.- Vivía sola con mi abuelita.               Katiuska
  6ª.- ¡Ya anocheció!. Ya no debéis partir. Katiuska
  7ª.- ¡Atrás!.                                              Pedro
  8º.- El reloj las diez ya dio.                      Miska
  9º.- ¡Ay! dada Lluli. ¡Ay! dada Lluli.        Olga y Coro
10º.- Noche hermosa.                               Katiuska
11º.- Te acercarás con gran finura.          Bruno
12º.- ¿Qué dices? ¡Katiuska!.                   Pedro
13º.- A París me voy.                                Bruno, Pich y Olga
14º.- Esta mujer, tuya nunca ha de ser.   Sergio, Pedro, Katiuska
15º.- Un solo día soñamos un querer.      Katiuska, Pedro
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Números musicales:
1º.- Todo es camino lleno de tristeza.
2º.- ¡Calor de nido! ¡Paz del hogar.
3ª.- El cosaco, en su brioso corcel.
4º.- ¡Es el Príncipe!¡Es el Príncipe!.
5º.- Vivía sola con mi abuelita.
6ª.- ¡Ya anocheció!. Ya no debéis
partir.
7ª.- ¡Atrás!. 
8º.- El reloj las diez ya dio.
9º.- ¡Ay! dada Lluli. ¡Ay! dada Lluli.
10.- Noche hermosa
11.- Te acercarás con gran finura.
12.- ¿Qué dices? ¡Katiuska!. 
13.- A París me voy
14.- Esta mujer, tuya nunca
ha de ser.
15.- Un solo día soñamos un querer.
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Todo es camino lleno de tristeza (Campesinos)

CAMPESINOS
Todo es camino, lleno de tristeza,
para el campesino que su tierra va a dejar.
Rusia querida, la frontera empieza;
la que de tu lado nos va pronto a separar. 

BEBEDORES
¡El último vaso de vodka!
¡El último día de Ucrania!
¡Tierra que regó mi sudor!

MUJERES
Padrecito que nuestro dolor ve;
nuestro guía y nuestro salvador sé.
Danos fuerzas y valor,
con el fuego de la fe,
porque no hay pesar mayor
que dejar la tierra que fue nuestro amor.
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¡Calor de nido!... ¡Paz del hogar! (Pedro)

PEDRO
¡Calor de nido!... ¡Paz del hogar!
Mujercita que amante nos espera
impaciente si tardamos en llegar.
Esos son mis ensueños de quimera
y en la vida no los pude realizar.
He cruzado en los inviernos Rusia entera
Cuando el lobo baja hacia el lugar.
Y otra vez al sonreír la primavera,
y el almendro de flores al nevar.
Pero la mujercita que me espera,
ni aun en sueños mi ilusión pudo alcanzar...
Me consuelo en mis sueños al pensar:
No es triste la Siberia
para el que ha de volver,
no asusta la miseria
si se aguarda el placer.
No le aterra morir
al soldado seguro de vencer...
No es sufrir, el sufrir
por amor, si se quiere a una mujer.
Y así, soñando paso mi vida,
con una pena en mi alma escondida;
el no encontrar un alma de mujer
el recorrer el mundo sin hallar...
¡Calor de nido...! ¡Paz del hogar!
HABLADO SOBRE LA MÚSICA
PEDRO.- Y ahora... Adiós...
OLGA.- ¿Os vais?
PEDRO.- Pienso volver.
OLGA.- No olvidéis la senda... Ahora no hay nieve. Y el camino no debéis perder.
PEDRO.- Vuelvo pronto... Adiós...

OLGA.-
(Aparte, contrariada.)
¡Y no se atreve!
(A él, más coqueta.)
¡Yo os aguardo!
¡Os aguarda una mujer!

PEDRO
(Ya en la puerta. Cantando.)
Pero aquella mujer con quien soñamos,
ésa nunca con su amor nos ha de dar;
¡Calor de nido...! ¡Paz del hogar! 
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El cosaco, en su brioso corcel (Bruno, Olga y Boni)

BRUNO
El cosaco en su brioso corcel,
va, a la estepa, siempre al trote,
que del mundo es un azote,
zote, zote, zote, zote,
porque nunca da cuartel.

BRUNO, OLGA, BONI
Y si fiero es en la guerra, al vencer,
al volver es más terrible,
porque trae un hambre horrible
y de genio está imposible,
y su encanto es el deber.

OLGA y BONI
¿El deber?...

BRUNO
¿Al luchar?

OLGA
¿El deber?...

BRUNO
¡Al volver!

LOS TRES
¡El deber!...

OLGA y BONI
Y no pagar.

LOS TRES
Cosacos de Kazán,
que sobre caballo van
sin temor y sin desmayo.
Cosacos de Kazán,
que en la guerra son un rayo
y en la paz un huracán.
¿Dónde irán?
Al asalto en su caballo.
¿Dónde irán?
¿Cómo y cuándo volverán?
Volverán, que no les parta un rayo;
volverán mediado el mes de mayo,
volverán con más plumas que un gallo,
los cosacos de Kazán.
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Es el Príncipe!¡Es el Príncipe! (Todos)

TODOS
¡Es el Príncipe! ¡Es el príncipe!

BRUNO
Pasad adelante,
que el pueblo sumiso,
vuestra orden espera.

SERGIO
¡No! Yo no soy ya Príncipe.
Yo soy vulgar caminante
que pasa a lo largo
de la carretera.

BRUNO
Honrad la posada

CORO
Honradnos, señor

SERGIO
Ampararme es peligroso.

BRUNO
¡Entrad! ¡Nos sobra valor!

SERGIO
Mi cabeza han puesto a precio,
me persigue mi enemigo.
Yo la vida la desprecio
y el salvarla sin gloria no mendigo.
Para mi no pido albergue;
yo jamás me he de esconder.
Sólo busco un techo amigo
que en mi ausencia defienda a esta mujer.
¡Defenderla es un deber!
Llorando de pena, llegó al lado mío.
Es una azucena... se muere de frío...
Es delicada flor
que en mi camino hallé.
Cuidadla, porque acaso
ya nunca volveré,
y un día si el amor
la hiciese despertar
juradme, juradme que ninguno
la ha de hacer llorar.

TODOS
Es delicada flor,
etc., etc. 
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Vivía sola con mi abuelita (Katiuska)

KATIUSKA
Vivía sola con mi abuelita,
lejos, muy lejos de aquí;
tenía todo cuanto soñé:
¡Cariño y rosas en mi jardín!
Con más ventura no soñé
porque no la conocí.
¡Mis sueños eran color de rosa
y de azucena y de jazmín!
Y mi abuelita, viéndole reír,
algunas veces me decía así...
Katiuska, Katiuska...
Katiuska, Katiuska...
¿Qué va a ser de ti?
Pero lo mismo que el vendaval tronchó
la espiga de la mies,
la turba roja pasó cruel...
Los ruiseñores, que tanto oí,
al ver que ya no había rosas
dejaron mi jardín.
El pelo blanco de mi abuelita
también un día lo perdí....
Hoy que estoy sola, sola he de sufrir
y oigo a mi pobre corazón decir...
Katiuska, Katiuska...
Katiuska, Katiuska...
¿Qué va a ser de ti? 
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¡Ya anocheció! Ya no debéis partir (Katiuska)
KATIUSKA
¡Ya anocheció!. Ya no debéis partir.
El lobo acecha hambriento en el camino

SERGIO
La sombra de la noche ayuda para huir,
y además.... combatir es mi destino
Adiós, Katiuska

KATIUSKA
Nunca os olvidaré.
Que proteja vuestra vida
a Dios le pediré

TODOS
Señor, desde la altura,
Señor, sus pasos guiad;
¡volved la noche oscura
y al Príncipe salvad!

KATIUSKA
Luna, luna, esconde tras el velo
de una nube tu resplandor.
Estrellitas que esmaltáis el claro cielo,
guiadle bien con vuestro fulgor.
Apague suave la brisa,
de sus pasos todo rumor
y que escape suave de prisa,
que es su alteza nuestro señor.

BRUNO
(Aparte.)
Yo me escapo con el oro
que su alteza me entregó.
Porque están las cosas graves
y el primero aquí soy yo.

PICH
(A Boni.)
La factura se la cobro,
aunque sea de un tirón.

BRUNO
(Aparte a Olga.)
Si quisieras tu, esta noche
nos marchamos a París.

OLGA
Yendo Boni con nosotros,
¡qué alegría para ti!

BRUNO
Estas fugas son de dos,
pero nunca son de tres.

OLGA
Pues me deja usted pensarlo.

BONI
(A Tatiana.)
Yo estoy rojo de coraje.

OLGA
... Y contestaré después.

BONI
¡Yo le pego al coronel!

TATIANA
(A Boni.)
Si volviese a enamorarse
como estuvo en el Kremlin,
ahora que tiene dinero
yo sería muy feliz.

BONI
(A Pich.)
Estoy rojo de coraje,
pues con Olga aparte habló.

PICH
(A Boni.)
Lo mejor es vigilar.
Ande usted con ojo avizor.

BRUNO
(A Olga.)
Esta noche....

OLGA
Sí, esta noche.

PICH
(Aparte.)
Esta noche cobro yo.

TATIANA
(A Boni.)
Esta noche...

BONI
(A Tatiana.)
Sí; esta noche
yo le pego a ese gorrón.

KATIUSKA
Apague suave la brisa
de sus pasos todo rumor.
Y que escape lejos y aprisa
que es su alteza nuestro señor.
(Se oye un redoble de tambor, seco, agrio, y entran ocho Soldados del ejército rojo. Vienen medio borrachos. Katiuska, aterrada, se oculta en el mostrador.)

SOLDADOS
¡Todo el pueblo huyó al mirarnos,
pero el pueblo igual nos da!
¡Si no quiere respetarnos,
ya después nos temerá!
(Viendo el mostrador.)
¡Aquí hay vodka!

UNOS
(Reparando en Katiuska.)
¡Y una moza!

OTROS
¡Esta es mía! ¡Quita allá!

KATIUSKA
¡Piedad de mí!

UNOS
¡Mía! ¡Mía! ¡Mía! ¡Mía!

OTROS
¡He dicho que es mía!

UNOS
¡Quita allá! ¡Quita de ahí! 
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¡Atrás! ¡Porque muere quien toque a esa mujer! (Pedro)

PEDRO
(Entra por el foro y, al darse cuenta de la escena, avanza resuelto y se interpone,
defendiendo virilmente a Katiuska.)
Atrás! ¡Porque muere
quien toque a esa mujer!
¡No es de valientes!
¡No tiene excusa
quien no respete a la mujer rusa!
La mujer rusa, la mujer rusa
no es juguete de placer.
La mujer rusa, la mujer rusa
es sagrada en el querer.
Es rosal que va a dar flores
y no se ha de deshojar,
porque puede, al dar amores,
dar la vida a hombres mejores,
que la patria han de salvar.
La mujer rusa, la mujer rusa
es aurora y porvenir.
La mujer rusa, la mujer rusa
puede a Rusia redimir.
Es cobarde quien la ofende
en su orgullo y su pudor.
Quien es hombre la defiende,
comprendiendo su dolor.
El honrar a las mujeres
siempre fue deber de honor.
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El reloj las diez ya dio (Miska)

MISKA
(Con intención.)
El reloj las diez ya dio;
vámonos a descansar
Katiuska se fatigó
y se debe pronto ir a acostar.

TODOS
(Menos Katiuska.)
Katiuska se fatigó
y se debe pronto ir a acostar.

KATIUSKA
¿Yo acostarme?
(Mirando con instinto temor a la puerta del cuarto donde encerró a Stakoff.)

MISKA
(Con insidia.)
Sí, mujer

TODOS
Es mejor,
que esta noche ya verás
si es el sueño dulce, encantador.

BRUNO
(Aparte a OLGA.)
En cuanto se duerman te aviso
y a París nos vamos.

OLGA
Puede ser que sí.

PICH
(Aparte.)
Bruno Brunovich es muy listo,
pero mucho más listo es Amadeo Pich.

BONI
(Sale con luces, que reparte.)
Ya las luces preparé;
vámonos a descansar.

OLGA, TATIANA y MISKA
(A Katiuska.)
Vamos, niña, acuéstate
que hoy el sueño te va a entusiasmar.

KATIUSKA
Buenas noches.

TODOS
Ve con Dios.

KATIUSKA
Buenas noches.

TODOS
Descansar.
Que esta noche ya verás
si es el sueño, un sueño encantador.

KATIUSKA
Buenas noches.

TODOS
Buenas noches

BONI
Ya es la hora.

OLGA
Ya lo sé.
(Han ido haciendo mutis todos con sus luces, menos Miska.)

KATIUSKA
Estoy temblando, pero he de entrar..
(Va al cuarto; se santigua, entra Miska, hace un gesto irónico, cierra con llave y desaparece, cerrando también la puerta del foro. En el mismo instante Stakoff, salta por la ventana que da a la escena. La puerta del cuarto está cerrada. Stakoff la abre y canta ante ella con emoción.)

PEDRO
Mujercita que amante nos espera
impaciente si tardamos en llegar.
Esos son mis ensueños de quimera
y en la vida no los pude realizar...
Katiuska... duerme
Katiuska... para soñar.
(Con emoción.)
Yo en el alma ya me llevo tu recuerdo...
tu recuerdo que no podré olvidar...
(Pedro va a salir por la puerta del foro, pero apenas la abre suenan unos disparos. Vuelve atrás y después de unos segundos de indecisión salta por la ventana. Katiuska, que ha observado desde su ventana esta acción, sale de su cuarto, se dirige a la ventana por donde Pedro ha huido y canta emocionada.)

KATIUSKA
¡Luna!... Luna, esconde tras el velo
de una nube tu resplandor.
Estrellitas que esmaltáis el claro cielo,
guiadle bien con vuestro fulgor.
Apague suave la brisa
de sus pasos todo rumor
y que escape lejos y aprisa...
¡Muy aprisa, porque es mi amor!
(Se oyen dos tiros dentro. KATIUSKA da un grito y cae de rodillas bajo el icono.) 
____________________________

Ay!, dada Lluli. ¡Ay!, dada Lluli.(Coro y Olga)

CORO
¡Ay!, dada Lluli. ¡Ay!, dada Lluli.

OLGA
Ven a mi casa en trineo,
que no hace ruido;
pues en la troika del látigo
se oye el chasquido.
Sobre la nieve helada, deslízate
y en la ventana entornada yo esperaré.
Ucraniano de mi amor,
ven corriendo sin tardar;
ucraniano, ven aprisa,
¡cuánto tardas en llegar!

TODOS
(Repiten la segunda estrofa y baile.)
Ucraniano de mi amor,
ven corriendo sin tardar;
ucraniano, ven aprisa,
¡cuánto tardas en llegar! 
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Noche hermosa, de jazmines perfumadas (Katiuska)

KATIUSKA
Noche hermosa, de jazmines perfumadas,
dile al eco que repita mis palabras.
Noche hermosa, que de luna estás nevada,
llevas lejos, piano, piano
esta triste canción.
Dile que vuelva pronto,
dile que mi amor le aguarda.
Dile, dile que la ausencia
es pena, pena que me mata.
Dile que vuelva pronto, ¡pronto!
Porque me muero si tarda.
Noche hermosa, de jazmines perfumada,
dile al eco que repita mis palabras.
Noche hermosa, que de luna estás nevada,
lleva lejos, piano, piano,
mi canción de enamorada...
Lleva lejos, piano, piano,
el secreto de mi alma...
¡De amor! 
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Te acercarás con gran finura (Bruno)

BRUNO
Te acercarás con gran finura.

BONI
Muy cerca estoy mucho mejor.

BRUNO
Y le echas mano a la cintura,
que es el eje del amor.
Tenla cerca de ti

BONI
Muy cerquita de mí.

BRUNO
Y háblale... diciendo así:
Rusita, rusa divina;
eres una deliciosa golosina...
Déjame que te dé mi corazón.
Tómale, muérdele...
Que es un bombón...

BONI y BRUNO
¡Rusita, rusa divina;
ven monina, mírame!
Ven junto a mí,
que tu cara me alucina
desde el día en que te vi.
¡Rusita, quiéreme a mí!

OLGA
No aprietes tanto en tus caricias.

TATIANA
Aprieta más porque es mejor.

OLGA
Y aprende pronto las delicias
de los besos del amor.

LAS DOS
Tenla cerca de ti.

LOS DOS
Muy cerquita de mí.

LAS DOS
Y háblale... diciendo así:
Rusita, rusa divina;
eres una deliciosa golosina...
Déjame que te dé mi corazón.
Tómale, muérdele...
Que es un bombón...
Rusita, rusa divina;
ven monina, mírame!
Ven junto a mí,
que tu cara me alucina
desde el día en que te vi.
¡Rusita, quiéreme a mí! 
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¿Qué dices? ¡Katiuska! (Pedro)

PEDRO
¿Qué dices? ¡Katiuska!

KATIUSKA
¡Te quiero!

PEDRO
¿Qué dices? ¡Oh, Dios!
¡Ah!

PEDRO
Somos dos barcas que, por el Volga
al cruzar se han visto un día
y ya nunca se han de encontrar.
A mi pesar, yo río arriba voy, sin querer.
Tu vas al mar, y aunque te llamo: ¡Katiuska!
¡No puedes volver!
Los sirgadores llevan mi barca al dolor;
llena de flores, la tuya va hacia el amor.
¡Katiuska mía, sueño que no puede ser!...
¡Huye de mí... vete, mujer!...
¡Somos dos barcas que nunca se han de encontrar!
Voy río arriba... Tú vas al mar.

KATIUSKA
Vámonos a otras tierras
donde crecen las flores
a vivir nueva vida
en un ensueño de amores.

PEDRO
Hasta en nuestra Siberia
pone la primavera flores en la pradera
y en el cielo el azul.
Entonemos juntos por la tierra entera
la canción de amores y de juventud.

KATIUSKA
(Alegremente.)
Por San Wladimiro, de la alegre romería
volveremos juntos, cuando va a morir el día.
Lejos, lejos el sonar de los acordeones
con su ritmo ha de llegar a nuestros corazones.

PEDRO
Por san Wladimiro de la alegre romería
volveremos juntos, cuando va a morir el día.
Y al volver, en un momento de alegría loca,
besaré tus manos y tus ojos, y tu boca.
¿Dime si soñé?

KATIUSKA
No has soñado si haces lo que yo te pediré.

PEDRO
¡Katiuska! ¡Katiuska!
Dí ¿qué puedo yo?

KATIUSKA
(Hablado.)
Puedes salvar al Príncipe.

PEDRO
(Con emoción.)
¡Katiuska! ¡Katiuska!

KATIUSKA
¿Vas a hacerlo?

PEDRO
(Tras una pausa dolorosa.)
... ¡No!
Me pides, Katiuska, que pierda el honor;
que sea, con los míos, un cobarde traidor;
que viva una vida con la honra perdida
y sienta vergüenza hasta del mismo amor.
Somos dos barcas... etc.

KATIUSKA
¿No le perdonas?

PEDRO
Es mi deber.

KATIUSKA
Aunque yo llore.

PEDRO
Aunque tú llores, no puede ser.
(Ella se va llorando a su cuarto. Él queda abatido junto a la mesa y canta:)

PEDRO
¡Katiuska, llora...! ¡Katiuska mía!
(Inicia un movimiento hacia el cuarto de Katiuska. Pero vuelve a su sitio.)
¡No! ¡No! ¡No! No ha de vencer con su querer.
Y aunque por ella cedería...
¡No! ¡Es mi deber! 
____________________________

Joyas... Trajes.... (Bruno y Pich)

BRUNO Y PICH
Joyas... Trajes...

OLGA
¡Siempre en gran toilette!

BRUNO y PICH
Whisky... Jazz Band...

OLGA
En el cabaret.

BRUNO y PICH
Flores... Besos...

OLGA
¡Eso si que no!
¡Pobre Boni!

BRUNO y PICH
Será el gigoló

OLGA
¡Joyas! ¡Trajes!

BRUNO y PICH
Y un auto Renault.

OLGA
¡Packard!

BRUNO y PICH
¡Packard!
Y si quieres, Rolls

OLGA
A parís me voy
y en el cabaret,
como vedette
entre las bellas,
yo sabré triunfar
y pienso llegar
a donde están las estrellas.
¡Oh, noches parisinas
de risas y champagne!
¡Ja, ja, ja, ja!
A parís me voy
y allí se ha de ver
lo que yo soy
como mujer.

BRUNO y PICH
¡Ay!, dinos.... ¿con quién vas?

OLGA
Yo sola, ¿por qué más?

BRUNO y PICH
Nosotros te seguiremos
y un día nos amarás.

OLGA
¡Ja, ja, ja, ja!

BRUNO y PICH
¡Ay!, Olga... ¿Con quién vas?
(Todo lo anterior danzando alegremente. Ahora sale Boni, con capote y gorro de soldado rojo –pero un poco cómico– y el fusil en bandolera. Los mira furioso, se va a ellos amenazador, todo a compás, y danza con ellos.)

LOS TRES
A Paris me voy, etc. 
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Esta mujer, tuya nunca ha de ser (Sergio, Pedro, Katiuska)

SERGIO
Esta mujer tuya nunca ha de ser

PEDRO
¡Mía será!

KATIUSKA
¡Príncipe!

SERGIO
Nadie me convencerá.

PEDRO
¿Por qué te atreves a asegurarlo
cuando su amor es mío?

SERGIO
Si no eres loco, jura olvidarlo,
aunque en tu honor no fío.

PEDRO
¿Es desafío?

SERGIO
¡Sí, es desafío!

PEDRO
Pues defiéndete, Príncipe.

KATIUSKA
(Interponiéndose.)
¡No!

SERGIO
Tú la ofendes con tu querer.
Os separan los odios que no podrás vencer.

PEDRO
¡Sabré ganarla!

SERGIO
Es princesa. Es princesa de sangre imperial,
y en sus venas palpita orgullosa la sangre del CZar.

PEDRO
¿Qué dices?

NOBLES
Rusia, patria de todos mis amores,
Dios te guía a la felicidad.

PEDRO
¡No! ¡No!
¡Katiuska mía será!
Cantáis a Rusia, nobles señores,
y no supisteis salvarla en su día.
Rusia es de los nuestros, de los trabajadores.
(A Katiuska.)
¡Y tú, por ser rusa, también eres mía!
(La abraza con arrebato.)
(Por el foro entra el Comisario del Pueblo seguido de Koska, que le dice:)
HABLADO SOBRE LA MÚSICA

KOSKA.- ¡Ese es Pedro Stakoff, el que nos traiciona!

COMISARIO.-
(A Pedro.)
Defiéndete de la acusación.

PEDRO.- No ha mentido. Iba a dejarles partir, por amor a esta mujer. Prendedme y que
Rusia me juzgue.
(Le prenden los Soldados. Katiuska se acerca e él, sollozando su despedida.) 
____________________________

Un solo día soñamos un querer (Katiuska, Pedro)

KATIUSKA
Un solo día soñamos un querer
que ya no ha de volver.
Fue un sueño hermoso como una flor,
Y, al despertar... no puede ser...
Hay que olvidar, aunque de pena se llene el corazón.
Pedro, olvida, si puedes olvidar.
Perdóname, si sabes perdonar.

PEDRO
Katiuska... Katiuska..
¿Qué va a ser de ti....?
RECITADO SOBRE LA MÚSICA
COMISARIO
Dame ese salvoconducto.
(Se lo dan y lo rompe. A Pedro.)
Comisario, nada has hecho.
Ahora, soldados, llevadles
a la frontera. Y ya que ellos
piensan que ha muerto su Rusia,
que no pisen más su suelo.
(A Sergio.)
Príncipe, serás juzgado
por unos jueces sinceros;
nos hiciste el bien y el mal,
y al juzgarte pensaremos
si puede tu vida de antes
borrar el mal que ahora has hecho.
(A Katiuska.)
En cuanto a ti, has de elegir:
o ser princesa... sin reino
fuera de Rusia, o en Rusia
ser una mujer del pueblo.

SERGIO
Katiuska, piensa que es mucho
el odio que nos tuvieron...

KATIUSKA
Fue mucho el odio, es verdad,
¡pero es más lo que le quiero!
(Cantan Pedro y Katiuska, mientras los Soldados conducen a los detenidos.)

KATIUSKA
Dos barcas tú y yo somos,
que van hacia el mar.

PEDRO
Somos dos barcas
que por el Volga al cruzar,
ya no se han de parar.
____________________________
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